Elaborado por:

Eloina C., Quetzaly G., Eduardo M., Fernanda S.
UNAM, Facultad de Psicología

Estudiantes en formación, satisfechos de brindar información útil al público

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Proceso dinámico, gradual, natural e inevitable

Senectud, ancianidad, tercera edad, jóvenes de corazón, adultos en plenitud, adulto mayor, etc.
Todos y cada uno de los adjetivos anteriores son utilizados con frecuencia para referirse a una etapa del ciclo vital de todo ser humano…La vejez.

La vejez es un proceso fisiológico normal dentro de la vida de todos los seres humanos; incluye tanto cambios en el aspecto físico, como aquellos que involucran alteraciones en el ámbito psicológico y social. El envejecer es un proceso dinámico, gradual, natural e inevitable. Este proceso es impreciso. Nos vamos dando cuenta de él por el reconocimiento de nuestro cuerpo cambiante, del espejo, de la mirada del otro y de la exclusión de la sociedad en la mala interpretación del proceso productivo. La etapa de la vejez comienza alrededor de los 65 años, aunque cabe aclarar que desde el punto de vista legal, médico, económico y estadístico; se considera “adulto mayor” a todo varón de 65 años o más, y a toda mujer de 60 años o más.

Esta etapa es caracterizada por un declive gradual del funcionamiento de todos los sistemas corporales. Por lo general se debe al envejecimiento natural de las células del cuerpo. Sin embargo, a diferencia de lo que muchos creen, la mayoría de las personas de la tercera edad conservan un grado importante de sus capacidades, tanto físicas como mentales, cognitivas y psíquicas.

Saber que todos envejecemos, prepararnos para hacerlo bien y sacarle mayor provecho posible a esos años, es un aspecto importante de nuestra educación.

Geriatría, Gerontología y Psicogerontología

La tercera edad es objeto de estudio de la geriatría y la gerontología; sin embargo hoy en día existen incluso especialidades tales como la psicogerontología; se abordará cada una de ellas por separado.

El término Geriatría fue inventado por Ignatius Nascher para describir la necesidad de médicos especializados en pacientes ancianos, tras su experiencia como estudiante en prácticas en las salas para crónicos de un hospital de New York. En la actualidad se considera a la Geriatría como la rama médica que se ocupa de las enfermedades de los ancianos. En algunas ocasiones la gente creé que todos los servicios que presta la Geriatría podrían ser fácilmente llevados a cabo por un servicio de Medicina Interna y esto no es correcto.

La diferencia entre un servicio de Geriatría y un servicio de Medicina Interna reside en varios puntos:
1. En la formación especializada del personal
2. En la diferente infraestructura que cuenta con niveles progresivos de atención
3. En la actualización de un equipo multidisciplinario

Es decir, un enfoque diferente, la especialidad de medicina geriátrica tiene unos criterios clínicos de valoración y tratamiento distintos. Para quienes se han formado en medicina geriátrica los criterios clínicos se basan en las necesidades de los pacientes como persona y no exclusivamente en la enfermedad.

La gerontología es el área de conocimiento que estudia la vejez y el envejecimiento, se ocupa, en el área de salud, estrictamente de aspectos de promoción de salud. La gerontología tiene un doble objetivo:

- desde un punto de vista cuantitativo, la prolongación de la vida (dar más años a la vida, retardar la muerte)

- desde un punto de vista cualitativo, la mejora de la calidad de vida de las personas mayores (dar más vida a los años)

La diferencia entre gerontología y geriatría es que la primera estudia la vejez y el envejecimiento, en el área de salud, estrictamente de aspectos de promoción de salud. Por lo demás, aborda aspectos psicológicos, sociales, económicos, demográficos y otros relacionados con el adulto mayor. En cambio la Geriatría se centra solamente en las patologías asociadas a la vejez, y el tratamiento de las mismas.

La Psicogerontología surgió en las últimas décadas del siglo XX y es el estudio del envejecimiento normal y de los cambios psicológicos y sociales que implica. La Psicogerontología, aborda la problemática emocional normal y patológica del adulto mayor, comprende la tarea preventiva, asistencial y de rehabilitación, desde una concepción compartida acerca del sujeto que envejece.

Perlado, F. (1995). Teoría y práctica de la geriatría. Madrid: Díaz de Santos

Atención a la salud del adulto mayor

En México, aunque las diferentes instituciones públicas que componen el Sector Salud proporcionan atención médica general o de otras especialidades a población de más de 60 años, sólo siete hospitales cuentan con servicios de geriatría. Entre los hospitales de la SSA y el INNSZ, el Hospital General Gustavo Baz Prada, y el Hospital Psiquiátrico Fray Bernardino Alvarez dan este tipo de atención; dentro de la seguridad social, el Centro Médico La Raza, el Hospital Magdalena de las Salinas, el Hospital Adolfo López Mateos y el Hospital de Petróleos Mexicanos ofrecen el servicio.

No obstante, existen algunas experiencias innovadoras; por ejemplo, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) cuenta con extensión hospitalaria, que consiste en un programa piloto interdisciplinario de asistencia domiciliaria que se lleva a cabo en el Centro Médico La Raza. En el Hospital López Mateos del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) existe un programa comunitario para adultos mayores, un servicio especializado en geriatría y un programa para los enfermos de Alzheimer y sus familiares. El Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF), que atiende a población de escasos recursos, tiene programas de rehabilitación y casas hogar para ancianos desprotegidos, donde se les brinda atención médica de geriatría y gerontología integral.

Por otra parte, en nuestro país existen diferentes instituciones públicas y privadas que cuentan con programas de atención social a la población senescente, en su mayoría de apoyo legal, psicológico, de albergues, apoyo alimenticio, actividades de recreación, culturales y sólo algunas de atención médica.

Un organismo que necesita ser tratado de manera independiente es el INSEN, cuyos objetivos son ayudar, atender, proteger y orientar a la población de edad avanzada del país y estudiar los problemas específicos derivados de la vejez para ofrecer soluciones integrales a sus requerimientos y necesidades concretas. El INSEN ha desarrollado una serie de programas de capacitación, tanto para los técnicos y profesionales que laboran en el campo del envejecimiento, como para los mismos ancianos que toman parte en el desarrollo de sus programas. Estos últimos se han agrupado según el servicio que prestan en: económico-sociales, educativos y psicológicos. En 1992 el INSEN atendió a 347 512 personas de 60 años y más en albergues temporales, casas hogar para ancianos, clubes de la tercera edad, o bien ofreciendo servicios de salud comunitaria.

Duran, L., Reynaldo, M., Vallejo, M., Carreón, J., Franco, F. (1996). Financiamiento de la atención a la salud de la población de la tercera edad. Salud Pública, 38(6), 501-512

Gutiérrez, M. (1999). Nutrición en el adulto mayor. Cuestión Social, 7(1), 3-21.

Aspectos legales que atienden al adulto mayor

El Instituto de Seguridad Social al Servicio de los Trabajadores del Estado y el Instituto Mexicano del Seguro Social, son los encargados de beneficiar a un importante porcentaje de jubilados. Hoy en día el derecho a la protección social para los adultos mayores se encuentra garantizado, pero sólo para aquellos que durante varios años de su vida laboral efectuaron aportaciones a las instituciones de seguridad social, dando con ello lugar a la integración de un seguro de ahorro para el retiro. En cambio, para quienes nunca realizaron aportaciones, como aquellas personas que trabajaron gran parte de su vida por cuenta propia, dicho beneficio simplemente no está garantizado.

Por otro lado, también existen documentos jurídicos importantes, en los cuales se encuentran establecidos los derechos a favor de las personas de la tercera edad; mismos que deben ser respetados por las autoridades, servidores públicos y por la misma familia. Algunos de estos documentos son los siguientes:

En el ámbito local:
• La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos
• Ley General de Salud
• Código Civil
• Código Penal

En el ámbito internacional:
• Declaración Universal de Derechos Humanos
• Declaración Internacional de la Vejez sobre los Derechos y Responsabilidades de las Personas de Edad
• Principios de las Naciones Unidas en Favor de las Personas de Edad

Derechos humanos de las personas de la tercera edad

Las personas que cuentan con más de 60 años de edad, al igual que todos, tienen una serie de derechos que ejercitar y deberes y responsabilidades que cumplir.

Derecho a una vida digna. Hacia ese propósito superior, debe orientarse la acción del Estado y de los organismos interesados para lograr un mejoramiento integral de las condiciones existenciales de este grupo vulnerable. Para ello, es necesario que el Estado y los organismos privados unifiquen esfuerzos para brindar atención a quienes enfrentan serias dificultades para sobrevivir.

Derecho al respeto social. Así como al Estado se le puede y se le debe exigir una atención mayor y efectiva por y para el sector de edad avanzada, también la sociedad tiene el deber moral y social de procurar una actitud de respeto a la investidura anciana.

Derecho a la salud. Partiendo de la garantía constitucional de que toda persona tiene derecho a la protección de la salud, podemos entender que el precepto abarca tanto salud física, como la psíquica, siendo éste uno de los más importantes. Aún cuando el anciano no sea derechohabiente del IMSS o ISSSTE, puede solicitar atención médica, a cambio de la cuál pagará de acuerdo a sus posibilidades económicas.

Derecho a los alimentos. Los alimentos comprenden vestido, comida, vivienda y asistencia médica en caso de enfermedad, conjuntamente con el derecho a la salud, el derecho de los alimentos es una prioridad para los adultos mayores, que de cumplirse les asegura una vida digna.
Derecho a la seguridad social. La seguridad social comprende una serie de prerrogativas que son, entre otras, atención médica, apoyo neuropsiquiátrico, diversas prestaciones por concepto de vejez o cesantía en edad avanzada, apoyo para la rehabilitación física, fondos de retiro, etc. Para ser acreedor a este derecho, es necesario que el anciano haya cotizado y cubierto los requisitos que las leyes establecen.

Derecho al transporte y a la vialidad. Dentro del grupo de ancianos hay un buen número de ellos que por alguna discapacidad tienen dificultad de transitar por la vía pública, por lo que es necesario, entre otras cosas, la construcción o adecuación de rampas en las banquetas, así como la exclusividad de asientos en el transporte público.

Derecho a la justicia. En los tribunales, órganos y oficinas gubernamentales, debe dárseles una atención y un tratamiento especial. Escucharlos con paciencia en el planteamiento de sus problemas o necesidades.

Derecho de asociación. Este derecho representa un mecanismo legal para que la clase selecta luche por alcanzar el status socioeconómico, cultural y político que merecen, agruparse es la mejor manera de plantear las demandas sociales del sector y obtener buena parte de los beneficios que procuran, de otro modo el aislamiento y la apatía, retardarán o impedirán su consecución.

Otros derechos:

A trabajar y hacer uso de otras oportunidades de generación de ingresos sin barreras basadas en la edad.

A jubilarse y participar en la determinación del momento y la forma en que han de retirarse de la fuerza de trabajo.

A tener acceso a los programas educativos y de capacitación.

A vivir en ambientes seguros.

A residir en su propio hogar.

A seguir integradas a la sociedad y a participar activamente en ella, que se considere su opinión en el proceso de desarrollo, en la formulación y aplicación de políticas públicas que afecten directamente su bienestar.

A compartir sus conocimientos, valores, experiencias y capacidades con las generaciones jóvenes.

A tratar de encontrar y desarrollar oportunidades para prestar servicios a la comunidad y servir como voluntarios en cargos apropiados a sus intereses y capacidades.

A disfrutar niveles apropiados de atención en instituciones que les provean protección, rehabilitación y estímulo social y mental, en un ambiente humano y seguro.

A ejercer sus derechos humanos y sus libertades fundamentales cuando residan en albergues, de atención o tratamiento, con absoluto respeto a su dignidad, creencias, necesidades y su vida privada.

A cultivar amistades o relaciones amorosas.

A tener acceso a los recursos educacionales, culturales, espirituales y recreativos.

A ser tratados con equidad cualesquiera que sean su edad, sexo, orígenes raciales o étnicos, impedimentos o situación de cualquier tipo, y a ser valoradas, independientemente de sus aportaciones económicas.

A tomar sus propias decisiones en materia de salud incluido el derecho a morir con dignidad, aceptando o rechazando tratamientos encaminados a prolongarles la vida.

Responsabilidades:

Permanecer activas, capaces, confiadas en el esfuerzo propio y útiles.

Aprender y aplicar principios sanos de salud física y mental a su propia vida.

Aprovechar los programas de alfabetización que se les ofrezca.

Hacer planes y prepararse para la vejez y la jubilación.

Actualizar sus conocimientos y aptitudes, según fuera necesario, a fin de aumentar sus posibilidades de obtener empleo si desearan participar en la fuerza laboral.

Ser flexibles, junto con los demás miembros de la familia, en lo que se refiere a ajustarse a las demandas de las relaciones cambiantes.

Compartir sus conocimientos, aptitudes, experiencias y valores con las generaciones más jóvenes.

Participar en la vida cívica de su sociedad.

Buscar y desarrollar posibles formas de prestación de servicios a la comunidad.

Adoptar decisiones con elementos de juicio acerca de la atención de su salud e informar a su médico y familiares sobre el tipo de atención que desean recibir en caso de sufrir una enfermedad incurable.

Asilos, Albergues o Casa hogar

Los asilos, casa hogar o albergue son sitios de gran importancia social. En ellos, personas de la tercera edad que no pueden valerse por sí mismas o cuya familia no puede darles la atención adecuada, encuentran el lugar ideal para adquirir nuevas destrezas y convivir con gente de su misma edad.

Son instituciones que brindan protección física y mental a las personas de la tercera edad; proporcionándoles casa, alimentación, vestido y una serie de programas enfocados a su salud, bienestar y recreación, siempre coordinados por personal calificado.

Contrario a lo presentado a través de estereotipos, la vida no acaba en uno de estos centros, ni son lugares en los que la gente queda recluida. Tampoco excluyen el trato con seres queridos y familiares; al contrario, se fomenta el que las personas de la tercera edad sigan participando de manera activa tanto en su hogar como en la comunidad.

Albergues y casas hogar son buen sitio para aprender artes y oficios, practicar deportes, así como para desarrollar creatividad, destreza o conocimientos de manera colectiva, en convivencia con gente de la misma edad. Además, la práctica de actividades físicas, como gimnasia, baile, tai chi u otras, ayudan a mantener la elasticidad y coordinación corporal, de manera que, en contra de lo pensado, se preserva la autonomía y reduce el malhumor originado por depender de otras personas.

La misión de una estancia para ancianos es, en esencia, procurar una vida digna y cuidados especiales para quienes los necesitan y, salvo cuando su estado mental lo impide, un adulto mayor sólo puede ingresar si da su consentimiento.

Existen otras alternativas que ocupan los primeros lugares de preferencia, como las llamadas residencias diurnas, en las cuales las personas de la tercera edad sólo asisten por la mañana y regresan a su casa a dormir, o bien, clubes de la tercera edad y centros culturales donde pueden realizar diversas actividades recreativas, como yoga, manualidades, pintura o baile.

Estos centros, que ayudan a la recuperación de la autoestima y devuelven la certeza de que todo ser humano es productivo, son opciones que deben tomarse en cuenta antes que un asilo, pues muchas veces lo que el anciano necesita es convivir con personas de su edad y no necesariamente separarse de su familia por completo.

La casa hogar sólo deberá considerarse en los siguientes casos: cuando las condiciones familiares no satisfacen las necesidades que requiere la vejez, si las actividades de cada uno de los integrantes no permiten cuidar al anciano y se queda solo en casa, muerte o enfermedad del cónyuge, incapacidad (a veces sólo psicológica) para afrontar las dificultades de la vida diaria y problemas de salud o psicológicos que no son debidamente atendidos.

Papalia, D. (2005) Desarrollo Humano, México D. F.:Editorial The Mc Graw Hill

Donde obtener información y que procedimiento seguir

En caso de que se haya tomado la decisión de albergar de manera permanente a una persona de la tercera edad, puede solicitarse información sobre estancias para este fin en las oficinas regionales del Instituto Nacional de Adultos en Plenitud (Inaplen, teléfono en la Ciudad de México: 5536-1143; correo electrónico: atencionciudadana@inapam.gob.mx). Es conveniente que, de común acuerdo, se haga una lista de los asilos (privados o públicos) más cercanos al domicilio familiar, visitarlos y considerar lo siguiente:

* Llamar para saber si hay vacantes.
* Lleve a la persona a visitarlo para que emita su propio juicio sobre la estancia.
* Averigüe con las autoridades si los asilos preseleccionados han presentado quejas.
* Busque una casahogar con ambiente acogedor y hogareño, con habitaciones limpias y bien iluminadas.
* El lugar debe contar con atención médica especializada.
* Infórmese del calendario de actividades, como películas, clases o paseos; debe ser llamativo e interesante.
* Cerciórese de que cuente con la infraestructura arquitectónica necesaria, como barandales, pisos a prueba de resbalones y rampas en vez de escaleras.
* Es aconsejable que platique con algunos de los residentes sobre el trato que reciben, la alimentación, actividades recreativas y atención médica.

Aún después de la reflexión individual y familiar, una vez que un anciano ingresa al asilo, trabajadoras sociales, psicólogos y geriatras realizan varios exámenes para detectar aquellas anomalías que se pudieran presentar en cada caso y profundizar más en las causas que lo mueven a dejar el hogar.

Finalmente, nunca debemos olvidar que un anciano es un individuo productivo que merece nuestro respeto, y que puede compartir su experiencia con sus seres queridos.

El papel del Psicólogo

Indudablemente con el crecimiento de la población de la tercera edad se tienen que enfrentar diversas situaciones y por lo tanto se hace necesaria la participación de un equipo multidisciplinario entre los que encontramos a médicos, geriatras, gerontólogos, psicólogos, enfermeras, trabajadores sociales, entre otros. ¿Pero qué papel juega el Psicólogo? El Psicólogo tiene una participación importante en el equipo de especialistas debido a que es una herramienta esencial en la atención del adulto mayor una de tantas razones es que en los últimos años las investigaciones clínicas demuestran que en el grupo de edad al que nos referimos las enfermedades mentales tienen una presencia del 40 al 45% entrando en esta rama problemas tanto reversibles como irreversibles.

Así, el Psicólogo aportará sus conocimientos en el cuidado de la salud de las personas de la tercera edad, especialmente en el tratamiento y prevención de los padecimientos antes mencionados.

Sin embargo, son muchas las actividades y tareas que, en conjunto con el quipo de salud, puede realizar el psicólogo. Por mencionar algunas se encuentran las investigaciones sobre los cambios cognitivos que ocurren en el envejecimiento, estos estudios tienen diversos objetivos, entre ellos; conseguir la manera de alargar la vida y asimismo dotarla de la más alta calidad posible, conocer cómo funcionan los procesos de conocimiento en la vejez y cuáles son las principales alteraciones mentales que se presentan en esta fase de la vida. También el psicólogo estará encargado de diseñar e instrumentar programas de intervención con el objetivo primordial de mejorar la calidad de vida de las personas mayores.

Algunos autores afirman que poco se ha hecho en el campo de la salud mental de los adultos mayores, sin embargo, mucho se puede hace en el futuro; promoción de la salud, asistencia, rehabilitación, investigación, enseñanza, entre otros.

Por lo tanto es parte de la tarea del psicólogo colaborar en la planeación estratégica del proceso de envejecimiento para que de esta manera se logren eliminar los prejuicios que impiden el logro de la identidad personal y actúan como obstáculo en todo el espectro social. Así, los planes de prevención tomarán en cuenta la realidad y características psicológicas, sociales y demográficas para poder responder a las necesidades de la población de la tercera edad.
El psicólogo en conjunto con todo el equipo de trabajo tiene la importante función de reorganizar en las personas de la tercera edad la manera de ver y sentir la vida para que los cambios producidos por el envejecimiento no alteren su salud integral ni su bienestar emocional.

Hernández, Z. (2004). La participación del psicólogo en la atención a la salud del adulto mayor. Enseñanza e investigación en Psicología, 9(002), 303-319

El Psicólogo en el asilo

En gran cantidad de asilos podemos encontrar personal médico, de enfermería y de trabajo social, pero constantemente se aprecia la ausencia de un profesional de gran importancia; el Psicólogo, y es de gran importancia su presencia debido a las condiciones emocionales por las que atraviesan las personas que se encuentran internadas en tales lugares, pues algunas de ellas lo están por decisión propia, pero otras lo deben al abandono de sus familiares, al desamparo económico en el que se hayan y, en algunos lugares al sobrecupo en los hospitales. Otra importante razón por la que la labor de un Psicólogo en un asilo resulta indispensable es que su trabajo no solo consistirá en atender las necesidades emocionales, afectivas y terapéuticas de las personas mayores que residen ahí, sino también impartirá a todo el personal que allí labora los conocimientos referentes a las relaciones humanas para aprender a convivir con los pacientes y poder ofrecerles no solo atención física sino también emocional.

Otra parte importante en donde el Psicólogo es parte fundamental es que en instituciones de este tipo donde vive gente de la tercera edad, se considera a la terapia ocupacional como parte vital del programa psicológico, utilizándose para ello diversa técnicas que tratan de readaptar al anciano en su ámbito social y combatir su dependencia.

Hernández, Z. (2004). La participación del psicólogo en la atención a la salud del adulto mayor. Enseñanza e investigación en Psicología, 9(002), 303-319

Población de la tercera edad en México (2008-2010)



Uno de los problemas emergentes que México requiere enfrentar es el rápido crecimiento de la población de la tercera edad. La magnitud de la población de 60 años de edad o más se estima actualmente en 6.7 millones (3, 023,185 hombres y 3, 666,472 mujeres) y, de acuerdo con las proyecciones del CONAPO, aumentará a 9.8 millones en el 2010, con tasas anuales de crecimiento superiores a 3.5%, inéditas en la historia demográfica de México.

https://www.cia.gov/library/publications/the-world-factbook/geos/mx.html

http://www.inegi.gob.mx/est/contenidos/espanol/sistemas/conteo2005/default.asp?s=est&c=10398

Herman Hesse comenta en su autobiografía


«La vejez es una etapa de nuestra vida y, como todas las otras, tiene su propio rostro, una atmósfera y una temperatura propias, sus alegrías y sus penas. Nosotros los viejos, los de cabello cano, tenemos nuestras tareas, al igual que nuestros hermanos más jóvenes, y ellas dan sentido a nuestra existencia; también un enfermo de muerte, un agonizante a cuyo lecho apenas llega una llamada de este mundo, tiene su tarea, cosas importantes y necesarias que hacer. Ser viejo es una tarea tan hermosa y dichosa como ser joven; aprender a morir y morir es una tarea tan valiosa como cualquier otra, siempre que se realice con un profundo respeto por el sentido y el carácter sagrado de la vida. Un anciano que teme y odia su vejez, sus cabellos blancos y la proximidad de la muerte, no es un digno representante de esa etapa de la vida, como tampoco lo es un hombre joven y fuerte que odia su profesión y su trabajo cotidiano y trata de evitarlos. En resumen: para realizarse como ancianos y hacer justicia a su misión, hay que estar de acuerdo con la edad y con todo lo que conlleva, hay que decirle sí».

NUNCA ME OLVIDES (Inoccence); Director: Paul Cox (2000).

"¿Se es viejo antes de ser una persona de edad o se es una persona de edad antes de ser viejo?"
Mishara, 2000

Esta es una película que trata de reencuentro de Claire y de Andreas, organista y profesor de música jubilado; cincuenta años después de que sostuvieron una romance en la Bélgica de la postguerra, el reencuentro es una gran romance, pero se tienen que enfrentar a vivirlo en la vejez.

En esta película se puede observar como hay un retardo muscular y neurológico en el sentido de que a veces a los personajes mayores se les olvidan fechas importantes o hacer algunas cosas.

En el aspecto social se puede observar como Claire al principio siente mucha vergüenza de enamorarse de nuevo a esas alturas de su vida, cree que ha hecho algo muy malo pues traiciona a su marido y cuando se lo confiesa a él, su marido se ríe de ella pues piensa que a su edad ya no hay actividad sexual. Andreas se siente contento por haber encontrado a Claire y el sí está dispuesto a entablar una relación con Claire, incluso habla de eso con su hija, que lo comprende y apoya. El esposo de Claire al principio no cree que pueda ser posible que su esposa se haya enamorado de otro y que lo haya traicionado, piensa que se ha vuelto loca y que él no tiene porque ser diferente para tenerla de vuelta, pero después se da cuenta de cuánto la ama y lucha por recuperar su amor.

También se puede apreciar como Claire se siente fastidiada por momentos ya que su hijo la cuida y la trata un poco como adolescente, Andreas y el esposo de Claire toman decisiones acerca de su vida y ejercen control de ella, se atienden con médicos, aunque Andreas tiene cáncer terminal. Andreas al ver la muerte cerca a veces cree en Dios y a veces no, mantiene charlas interesantes con otras personas acerca de la vida y la muerte.

Cada uno de los personajes tiene un crecimiento en el aspecto de valorar la vida y de satisfacción para estar en paz consigo mismos.



MI VIEJO (Dad); Director: David Goldberg (1989)

“la vida se reorganiza en función
del tiempo que queda por vivir”
Mishara, 2000

La identidad que tienen las personas cambia conforme pasa por los distintos niveles de atesoramiento y escala las distintas etapas que a propuesto Erikson en el desarrollo social. Entendiendo el atesoramiento como la acumulación de objetos que no tienen un valor práctico, podemos proseguir como sigue:

º Al ser niños guardamos toda aquello que nos es desconocido, por que es la única forma como podemos acceder al conocimiento de nuestro entorno, es así como descubrimos el mundo.

º Cuando estamos en la adolescencia, juventud y parte de la edad adulta, atesoramos aquellas cosas que tienen un fuerte sentido emocional para nosotros, pero buscando la manera de que se vuelvan útiles para nosotros.

º Finalmente, nos volvemos coleccionistas de recuerdos en la senectud, por que ello nos permite evaluar todo lo que hemos hecho a lo largo de nuestra vida, lo que logramos y nos proporciona el sentimiento de realización.

En primera instancia atesoramos para integrarnos al mundo y empezar a desarrollar una identidad, después para sentirnos identificados con el resto del mundo y consolidar esta identidad, al final lo hacemos para conservar la identidad que ya hemos formado.
Pero, ¿Qué pasa cuando vemos en retrospectiva y no nos gusta lo que hemos hecho? Este es el caso de Padovani, quien ha dejado de sentir un aprecio por la vida. A partir de que su hijo vendió su fábrica, lo metió en un asilo y quedo solo, al margen de su familia y con unos cuantos amigos que adolecen de una situación parecida, perdió el deseo de manejar su vida y hacer cambios en ella para que fuese mejor.

En muchas ocasiones la percepción que se tiene de los ancianos es que ya no son útiles o productivos, que no pueden atender a sus necesidades ellos mismos y en general que son un estorbo. La sociedad se ha encargado de colocarles una etiqueta de “incapaces”. Pero muchas veces, la realidad es que no tienen un motivo para modificar la situación en la que se encuentran; quizás porque les es agradable o porque ya se han acostumbrado a ella, incluso puede que se hallan creído ese rotulo o simplemente es que han perdido la motivación para actuar porque les parece demasiado penoso lo que a ocurrido con sus vidas.

Para Padovani la carga era enorme: su mujer había muerto hace años, su familia se encontraba disgregada y su hijo se encargo de deshacerse de lo que para él tenia un gran significado en su vida. Su fabrica representaba todo el esfuerzo y logros de lo que había hecho, estaba vinculada a su sentido de pertenencia, identidad y realización. Cosas que perdió cuando la vendieron. Ahora se sentía desvalorizado, frustrado y sin ánimo de continuar viviendo.

Pero, finalmente, logra demostrar un hecho que debería ser indudable para todos: a la edad de 90 somos tan capaces como cualquier otra persona, solo requerimos motivación, una razón para seguir actuando independientemente, pese a los achaques de la edad, la disminución de la capacidad física y el deterioro de algunas facultades. Los ancianos son personas funcionales y el lo demuestra al corregir el rumbo de su vida en cuanto se le presento la oportunidad y la razón propicias.


Para manejar la vida adecuadamente se necesita sensatez y esta solo se obtiene a través de la experiencia, como se ha llegado a decir: aprende de tus errores para no volverlos a repetir, y si al estar evaluando tu vida no te gusta algo simplemente cambialo.